LAS EX-PAREJAS EXPLICADAS BY EL MENTOR


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sábado, 10 de enero de 2009

Por que nos cuesta alejarnos?

Una vez iniciadas, ¿por qué resulta tan difícil poner fin a estas relaciones?

Hay una regla empírica que dice así: cuanto más difícil es poner fin a una relación que es mala para nosotros, más elementos de nuestra lucha infantil contiene.

Cuando “amamos demasiado” es porque tratamos de vencer los viejos miedos, enojos, frustraciones y dolores de la niñez, y darse por vencido es renunciar a una valiosísima oportunidad; de encontrar alivio y de rectificar lo que hemos hecho mal.

Si bien estos son los fundamentos psicológicos inconscientes que explican nuestro impulso de estar con esa persona a pesar del dolor, hacen poca justicia a la intensidad de nuestra experiencia consciente.

Sería difícil exagerar la pura carga emocional que este tipo de relación, una vez iniciada, acarrea para la persona involucrada.

Cuando intentantamos separarnos de la relación sentimos como si miles de voltios de energía dolorosa fluyeran a toda velocidad y salieran por los extremos cercenados de los mismos. La antigua sensación de vacío renace y se arremolina a su alrededor, arrastrándonos hacia el lugar donde aún pervive nuestro terror infantil a estar solos, y estamos seguros que nos ahogaremos en el dolor.

Esta clase de carga-las chispas, la atracción, el impulso de estar con esa otra persona y de hacer que la relación funcione- no está presente en la misma medida en las relaciones más saludables y satisfactorias, porque no representan todas las posibilidades de saldar viejas cuentas y de prevalecer sobre lo que alguna vez fue abrumador.

Esta emocionante posibilidad de rectificar viejos errores, de recuperar el amor perdido y de ganar una aprobación reprimida es lo que, para las personas que “aman demasiado”, constituye la atracción inconsciente que subyace al hecho de enamorarse.

-Cuanto más dolorosa haya sido la niñez, más poderoso será el impulso de recrear y dominar ese dolor en la adultez.

-Si una criatura ha experimentado cierto tipo de trauma, éste volverá a aparecer una y otra vez como tema de sus juegos hasta que haya cierta sensación de haber llegado a dominar la experiencia.

-Una criatura que debe someterse a una operación quirúrgica, por ejemplo, puede recrear el viaje al hospital usando sus muñecas u otros juguetes; puede convertirse en el médico en un juego y en el paciente en otro, hasta que el miedo ligado al acontecimiento disminuye lo suficiente.

Nosotros hacemos algo muy parecido: recreamos y volvemos a experimentar relaciones infelices en un intento de hacerlas manejables, de dominarlas.
Estamos llenos de miedo: miedo a estar solos, miedo a no ser dignos o a no inspirar cariño, miedo a ser ignorados, abandonados o destruidos.

Damos nuestro amor con la desesperada ilusión de que la mujer por quien estamos obsesionados se ocupe de nuestros miedos.

Cuando estamos atraídos, es porque tratamos de vencer los viejos miedos, enojos, frustraciones y dolores de la niñez.

¿Cuál es exactamente el misterioso proceso, la fascinación indefinible que enciende la chispa entre un hombre y la mujer que lo atrae?

Si replanteamos la pregunta en otra forma -¿Qué señales se encienden entre un hombre que necesita ser necesitado?

http://elcklon.blogspot.com/2008/11/la-necesidad-de-ser-necesitadas.html

Cabe recordar que hay dos factores en juego:

1) el hecho de que sus patrones conocidos concuerden con los de ella como una llave en una cerradura; y

2) el impulso de recrear y vencer los patrones dolorosos del pasado.

Esta emocionante posibilidad de rectificar viejos errores, de recuperar el amor perdido y de ganar una aprobación reprimida es lo que, para los hombres, constituye la atracción inconsciente que subyace al hecho de enamorarse.

Y por medio de esa atracción nos dañamos más, porque gran parte de aquello hacia lo cual nos vemos atraídos es una réplica de lo que vivimos mientras crecíamos.

Debido al desafío de intentar cambiar a alguien a fin de ganar afecto o aprobación reprimidos, tal vez simplemente nos sintamos aburridos con la gente más sana.

De esta manera, la mujer cruel, indiferente, deshonesta o difícil en otros aspectos se convierte, para los hombres, en el equivalente de una droga, y crea así un medio de evitar sus propios sentimientos, en la misma forma que el alcohol y otras sustancias que alteran el estado de ánimo crean en los drogadictos una vía de escape temporaria, de la que no se atreven a separarse.

Como nos sentimos pésimamente con nosotros mismos, queremos una mujer que nos haga sentir mejor.

Como no podemos queremos, necesitamos que ella nos convenza de que somos dignos de ser amados.

Incluso nos decimos que con la mujer adecuada no necesitaremos tanta comida, tanto alcohol o tantas drogas.

Utilizamos las relaciones de la misma manera en que utilizamos nuestra sustancia adictiva: para alejar el dolor.

Cuando una relación nos falla, recurrimos con mayor frenesí a la sustancia de la que hemos abusado, nuevamente en busca de alivio.

Al mismo tiempo que esa mujer nos decepciona y nos falla, nos volvemos más dependiente de ella en lo emocional.

Muy pronto esa mujer se convierte en la fuente de todas las cosas buenas en nuestra vida.

(Texto modificado con la intencion de que sea comprendido por lo hombres)

domingo, 4 de enero de 2009

¿por qué resulta tan difícil poner fin a estas relaciones?

Una vez iniciadas, ¿por qué resulta tan difícil poner fin a estas relaciones, dejar a esa persona que nos está arrastrando por todos los pasos dolorosos de esa “danza” destructiva?

Hay una regla empírica que dice así: cuanto más difícil es poner fin a una relación que es mala para nosotros, más elementos de nuestra lucha infantil contiene.

Cuando “amamos demasiado” es porque tratamos de vencer los viejos miedos, enojos, frustraciones y dolores de la niñez, y darse por vencido es renunciar a una valiosísima oportunidad; de encontrar alivio y de rectificar lo que hemos hecho mal.
Si bien estos son los fundamentos psicológicos inconscientes que explican nuestro impulso de estar con esa persona a pesar del dolor, hacen poca justicia a la intensidad de nuestra experiencia consciente.
Sería difícil exagerar la pura carga emocional que este tipo de relación, una vez iniciada, acarrea para la persona involucrada.

Cuando intentantamos separarnos de la relación sentimos como si miles de voltios de energía dolorosa fluyeran a toda velocidad y salieran por los extremos cercenados de los mismos. La antigua sensación de vacío renace y se arremolina a su alrededor, arrastrándonos hacia el lugar donde aún pervive nuestro terror infantil a estar solos, y estamos seguros que nos ahogaremos en el dolor.
Esta clase de carga-las chispas, la atracción, el impulso de estar con esa otra persona y de hacer que la relación funcione- no está presente en la misma medida en las relaciones más saludables y satisfactorias, porque no representan todas las posibilidades de saldar viejas cuentas y de prevalecer sobre lo que alguna vez fue abrumador.

Esta emocionante posibilidad de rectificar viejos errores, de recuperar el amor perdido y de ganar una aprobación reprimida es lo que, para las personas que “aman demasiado”, constituye la atracción inconsciente que subyace al hecho de enamorarse.


Del Libro: Mujeres que aman demasiado.

Texto modificado por mi con la intencion de que el mensaje llegue mas claro a los hombres.

Fuente: http://elcklon.blogspot.com/2008/11/por-que-nos-resulta-dificil-poner-fin.html

sábado, 3 de enero de 2009

Y si no podemos alejarnos de esas personas?

Y si no podemos alejarnos de esas personas?
Les cuento que conozco personas muy allegadas a mí que me consumen de tal manera que me enfermo después de haber estado con ellas.Alguien pudiera decir, psicológicamente nos dejamos influenciar, pero también se observa que estos acontecimientos se suceden de manera inconsciente.

No, no siempre podemos alejarnos, ya que podemos tener lazos familiares con ellas... Entonces el secreto es cambiar nosotros y tratar que la conducta de ellas nos haga el menor daño posible.
Hace tiempo atrás dije que aprendemos más de las personas manipuladores que de los Maestros Ascendidos... y estoy presto a cualquier debate sobre el tema.
Es imposible (o casi) que podamos cambiar a ciertas personas aun poniendo todo el esfuerzo.
Entonces lo inteligente es tratar de cambiar nosotros. ¿Podemos debatir con un refrigerador? No. ¿Con un ordenador? Tampoco. ¿Y entonces por qué aporreamos al teclado cuando nos equivocamos? si nosotros fuimos los responsables. Entiendes que la computadora nos gana al ajedrez, pero no razona. Eso lo sabes.
Pues bien, la gente manipuladora no desea cambiar... ¡ama ese rol!
¿Y cómo hacemos para que sus palabras y/o sus actitudes no nos hagan más daño?
Logrando el cambio en nosotros. ¡Sé que no es fácil! ¿Cuántas veces has sentido un dolor punzante ante la agresión verbal, ante el desprecio o ante las conductas invalidantes? ¿Pero quién acusó recibo en esos instantes? ¡Nuestro ego!
Por último, ya lo dije en "El Poder ficticio de las Palabras" de mi página web:
- ¿Quién le da el Poder al otro para que nos haga daño?
- Nosotros.
¿Y no es hora de que les quitemos ese Poder?

¿Quiénes y porqué absorben la energía a otros?

¿Quiénes y porqué absorben la energía a otros?
La gente manipuladora, que utiliza roles de control: el rol de víctima, el rol de inquisidor, etc.

¿Quiénes son las personas más susceptibles de serle absorbidas sus energías?
Las personas que son esclavas de su propio ego, ya que son más fáciles de ser alteradas por las conductas ajenas.

Fuente:http://www.grupoelron.org/psicoaudintegracion/jo21087_empatiayenergia.htm

Distintas maneras de absorber energía del otro......

Distintas maneras de absorber energía del otro, mediante roles de ego, rol de victima, rol de inquisidor, etc.

Y hay muchas personas que te absorben energía estando contigo.

Lo ideal es reponer esa energía del Absoluto, canalizar el rayo blanco azulado del Absoluto y reponer esa energía, pero por falta de concentración, o de práctica, o de confianza directamente en comunicarse con el Padre, la mayoría no lo sabe hacer, entonces, tiene déficit energético.

Ahora vamos a profundizar ese tema.

Hablemos de casos como el mío donde mucha gente puede querer absorberme energéticamente a través de roles de inquisidor, a través de roles de victima, porque es muy común que eso suceda porque la gente protagoniza.
Mi defensa obviamente es estar totalmente alerta y no caer en esa treta, no caer en esa celada, y no permitir que aquellas personas con roles de víctima me generen culpa, no aceptar que aquellas personas con roles de inquisidor me generen miedo.
En ese caso debo tener una capa de gran autoestima y de convencimiento de que estoy haciendo las cosas bien para evitar que me absorban.
Pero si así y todo me absorbieran puedo reponer mi campo energético cargándome a través de energía del Absoluto.
Pero, ¿qué sucede cuando la energía que te chupan es tal, tal, tal, que te vacían en seguida? Se forma un corto circuito energético. ¿Qué es eso?. Habréis visto alguna vez un medidor de luz cuando se pone una computadora u ordenador, gira muy levemente. Lo mismo sucede con un aparato de radio, quizás gire un poco más rápido con un televisor grande, a pesar de que ahora como son todos digitales no gastan tanta corriente. Cuando pones una pequeña plancha o una pequeña estufa veréis que gira bastante más rápido, y a medida que la resistencia es mayor, una gran estufa eléctrica, veréis que la rueda del medidor eléctrico gira como loca. Pero ¿qué sucede si pusierais en ambas bocas de enchufe un alambre desnudo sin ningún tipo de resistencia? Giraría de tal forma, y tal sería la diferencia de potencial, que automáticamente en el caso de que hubiera fusibles saltarían los fusibles, porque habría un corto circuito. De no haber fusibles seguramente se quemaría algún aparato o la misma instalación de la vivienda. Con el aura salvando las distancias, puede suceder algo similar. Si es tal la absorción que provoca una caída de tensión energética grande en muy poco tiempo, se hace un corto circuito áurico y la persona por más protegida que esté va a sufrir algún síntoma físico real, que puede ser vértigos, mareos, dolores de estomago, de cabeza, los síntomas que queráis ponerle; problemas cardiacos, problemas de hipertensión, de hipotensión, desmayos... A tal punto puede afectar la caída del potencial energético cuando es veloz y mucha. Y eso sucede cando hay casos extremos de violencia del otro lado; un rol de víctima extremo, un rol de inquisidor extremo, una manipulación de la cual te cuesta escapar… Y obviamente que en todos los casos afecta el aparato psicofísico, obviamente que sí, y no da abasto para la reposición energética, aún hasta para el más idóneo experto absorv…, chupador llamémosle, j eje, de la energía del Creador.

Un abrazo bien dado, empático, puede llegar a transmitir energía al otro. Obvio que no va a ser lo mismo que una relación íntima o un juego erótico donde se transmita esa energía de amor, pero un buen abrazo transmite energía también. Con una diferencia, que el abrazo lo podéis practicar todos, mientras que una relación íntima está limitada a una emoción, a un sentimiento. El abrazo depende exclusivamente del amor impersonal y el amor impersonal no tiene nada que ver con la emoción, es un sentimiento impersonal que es importante poder sentirlo por todo aquel que camina sobre la faz de la Tierra.